El poder del respeto y la admiración

El poder del respeto y la admiración
Photo by Chad Stembridge / Unsplash

Hay una canción muuuuuy antigua, cebolla y más encima cantada por un juvenil "chupete de fierro" junto a la guapa Sheena Easton, lo que se transformó en uno de los primeros duetos en el mundo donde se impone el idioma español por sobre el inglés. Te prometo que tengo una razón muy poderosa para usar esta canción para hablar del tema al que te quiero llevar, dame un poco de crédito y vamos allá, pero antes revisemos un par de estrofas:

Hablando de ti
Hablando de mí
No sé de qué mundo vienes

Pero entre tú y yo
Prohibido el amor
Me gustas tal como eres

Olvidemos por un instante el contexto romántico de la interpretación de esta canción y llevémoslo al mundo del emprendimiento: dos socios del sexo que quieras, la edad que quieras y la nacionalidad que prefieras, que se dicen "me gustas tal como eres". ¿Es posible?

Claro que sí. Yo soy de los que cree en una aceptación absoluta en aquellos con los que eliges construir un negocio, de lo contrario estarías enviando en mensaje en el sentido contrario al que nos lleva a trabajar con otros. Puedo discutir, tener puntos de vista incluso opuestos, fallar, aceptar fallos, puedo ceder, entregar la iniciativa, poner el cuello en la espada del otro/otra. Y está perfecto porque "me gustas tal como eres".

El filtro lo hice mucho antes y nada asegura evitar errores. ¿No funcionó? En ese caso la relación se rompe y punto, es parte del respeto y admiración que te hizo buscar el vínculo. Pero si reiteradamente dejas que prime ese mismo respecto y admiración por sobre las diferecias, entonces asegúrate de disfrutar la relación societaria versus la sensación de aguantar, soportar, lidiar con un tira y afloja eterno y nocivo.

No hay recetas. Nadie puede siquiera animarse a generar más de tres o cuatro pasos que aseguren una buena relación societaria por ser un acto dinámico y marcado por los vaivenes que las propias personas experimentamos en nuestras vidas más allá del negocio. Probablemente Siri y Alexa podrían llegar a ser grandes socias y dueñas del primer imperio económico creado por la Inteligencia Artificial, pero las personas distamos mucho de aquello.

Históricamente The Beatles son un pájaro raro en lo que se refiere al trabajo en equipo en las grandes ligas de la música. La Generación Dorada de los grandes equipos de fútbol tampoco son muchos. Y para qué hablar de las camaraderías en la política, donde apenas alcanzado el objetivo se transforma en una Hoguera de Vanidades (¡que buen texto de Egon Wolff! Lástima que la película no logra mostrar la magia del retalo en texto).

Bueno, del mismo modo las sociedades exitosas en los negocios no abundan, no son lo normal, por lo que deberías esperar todos los problemas posibles y existentes en la que tú participas. Más allá de buscar de quién es la culpa, qué fue lo que no funcionó, cómo ocurrió que cambiaran tanto la visión y un eterno listado de los cuestionamientos clásicos, considera una mirada como esencial: "me gustas tal como eres". Mientras esa sensación esté viva, dale. Pero si no sientes eso respecto de tu socio o socia, o si crees que no eres aceptado de esa forma por el/la otro/a, entonces es momento de pensar en una pausa.

Y nada de malo con aquello. Recuerda que lo exótico es una sociedad sana en tanto lo normal es el roce constante. ¿El éxito? Puede llegar en cualquier condición ambiental. Tú concéntrate en el costo personal y emocional del éxito que persigues: mientras exista honesto respeto y admiración, basta.